Y los niños, a la calle

Hoy en las calles había un ruido inusual que no hemos podido escuchar en las últimas semanas, se oía a los niños. Como si de una película se tratara, hemos pasado de un silencio sólo roto por las sirenas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, ambulancias y Protección Civil y los aplausos y la música de las 20:00h, a las risas y murmullos de los más pequeños, que hoy, por fin podían salir a la calle.

Se recomendaba que llevaran mascarillas y guantes y guarden unas distancias de seguridad, tanto los pequeños como sus acompañantes, pero parece que no todos hacen caso de estas recomendaciones, y si ya es triste que no lo hagan los mayores, más triste es que no lo cumplan con los más pequeños, que no les conciencien que es por su salud, que son medidas que evita el contagio, pero parece que a muchos españoles nos las trae al pairo, somos así, y hasta que el coronavirus no crezca lo suficiente para que le podamos ver por las calles, muchos no se lo creen, y el problema es que ya no sólo son ellos a los que los afecta, sino que lo hace a toda la sociedad.

Los pequeños que sí la llevaban, supongo que pensarían que era un disfraz, vamos, en plan carnavales, y hasta les divertía.

Muchos son los que no cumplen la cuarentena y se recorren las calles para comprar una barra de pan y van cuatro veces al día al super o a la tienda a comprar, y ahora, además, acompañados por los niños, para que se cansen un poco por la calle, pero eso sí «a pecho descubierto», que no hay peligro…