Escena Abierta baja el telón de su vigésimo segunda edición con cerca de un millar de espectadores y lleno en cinco de las catorce representaciones programadas

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El festival, que clausuró el domingo su vigésimo segunda edición, ha acercado al público seis propuestas centradas en la esencia y la singularidad de la comunicación teatral mediante la exploración de todas las fuentes de expresión, no solo las tecnológicas

El Festival Escena Abierta de Burgos ha bajado este domingo el telón de su vigésimo segunda edición con cerca de un millar de espectadores en las 14 funciones programadas desde el día 8 de enero, de las que cinco han agotado entradas. Las limitaciones de aforo y la aplicación de los protocolos frente al COVID-19 no han disuadido al público burgalés, que un año más ha demostrado su fidelidad al festival y ha respaldado la programación de este año con una ocupación del 72% del aforo, lo que también pone de manifiesto su compromiso con el cumplimiento de las actuales normas sanitarias así como su inquietud por ahondar en el conocimiento y disfrute de la creación escénica más vanguardista.

Así lo subraya la organización de la cita, que se ha congratulado por el hecho de haber podido celebrarse, así como por la fidelidad del público de Escena Abierta, que ha respondido muy positivamente a la propuesta escénica de este año pese a las dificultades que ha entrañado su celebración. «Ha sido muy emocionante para todos, también para las compañías, que destacaban el enorme privilegio que supone actuar ahora», destaca la organización que incide en que la actividad cultural es hoy más necesaria que nunca.

Escena Abierta, que cuenta con el apoyo del Instituto Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos, el Vicerrectorado de Cultura, Deporte y Relaciones Institucionales de la Universidad de Burgos y la Fundación Caja de Burgos, ha buscado en esta edición mostrar la diversidad escénica actual con el foco puesto en la diversidad y riqueza de los lenguajes que se emplean en la creación teatral. Para ello, según Lozano, han programado montajes «muy exquisitos» planteados desde el uso de las nuevas tecnologías hasta el empleo de lo más esencial, como la madera, en un recorrido lleno de emociones, crítica y otros ingredientes imprescindibles en la actual coyuntura.

La propuesta de la XXII edición de Escena Abierta, que no solo ha resistido sino que sale fortalecido de esta última cita, se ha desarrollado en el Teatro Principal, el Fórum Evolución Burgos y Cultural Cordón. El primero de ellos fue el escenario elegido, los días 8 y 9, para la inauguración, protagonizada por Rayuela Producciones Teatrales y su obra «Fake», una pieza multidisciplinar sobre cómo es el mundo cuando se escruta desde la óptica de los videojuegos.

Escena Abierta ha acogido el trabajo de debut de #Juana Dolores#, titulado *massa diva per a un moviment assembleari*, definido como un solo performativo contra la idea de estado-nación desde el desarraigo que integra en su dramaturgia a figuras como Hanna Arendt, Stalin, Pasolini y Beyoncé, y «Antes de que llegue la bestia», una colaboración de Ensalle, el colectivo audiovisual Terrorismo de Autor, el iluminador y director técnico Antoine Forgeron y el bailarín y creador Sergi Fäustino que se detenía en el contexto sociopolítico actual y la construcción del sistema para profundizar en el modo en que nos relacionamos con él.

Esta XXII edición programaba además dos propuestas nacidas de la colaboración de artistas y colectivos. En la primera de ellas, «Lo pequeño», fruto de la unión del escenógrafo, creador escénico e intérprete Jorge Dutor y el coreógrafo, bailarín y performer Guillem Mont de Palol, a quienes se han sumado la creadora escénica, actriz y profesora de interpretación Cris Blanco y el diseñador de sonido Carlos Parra, confluían el humor, el absurdo y la cotidianidad de mano de tres personas extrañas que parecían preparar pequeños espectáculos entre el musical y una trama de suspense de lo más absurda. La segunda, «It don’t worry me», impulsada por los colectivos de artes escénicas Atresbandes y el formado por Bertrand Lesca y Nasi Voutsas, es un juego escénico en forma de espiral que sirve para bucear en temas como la corrección política en el mundo del arte.

La programación de este año ha concluido con el montaje «Corpus», de Xavier Bobés, una reflexión poética sobre la cosificación puesta en escena mediante la manipulación de objetos, la música de Evaristo Felice dall’Abaco, Orlando Gibbons y Frances Bartlett y la obra escultórica de Gerard Mas.

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