Una máquina. Ha tardado 21’20hs en cubrir los 122km

Santos Llamosas en la sede de ELACyL
Texto: Manuel Pérez Palacios
Santos Llamosas comenzaba el «paseo» de 122 km. La salida fue desde la boca del túnel de La Engaña, comienzo de la vía verde en la provincia de Burgos, en la Merindad de Valde Porres, a las 18hs del día 1 de agosto. La temperatura…ideal para comenzar este reto,18 grados. No salió sólo. Fue acompañado, durante unos kilómetros por un amigo solidario. En Puentedey se le unió más gente, que llegaron con el hasta el pequeño pueblo de Escaño, donde fue recibido por todos sus vecinos con aplausos y un botellín de agua.
A Villarcayo llegó pasadas las 22hs. Por Medina de Pomar justo a las 00hs. La temperatura seguía siendo ideal para caminar y seguir ruta, 17 grados.
Yo le había acompañado, en bicicleta desde casi Brizuela y en Medina de Pomar nos despedimos. Continuó ruta en solitario durante toda la noche, pasando por Moneo, Nofuentes, Trespaderne, el desfiladero de La Oradada y sus túneles dirección Oña. El amanecer coincidió justo antes de llegar a Poza de la Sal. Comentaba Santos que, por la noche, justo antes de amanecer pasó frío.
El despertar del día 2 trajo un tiempo ideal para seguir caminando hasta la sede del ELACyl. La noche, apuntaba Santos, fue tranquila, transcurrió sin sobresaltos, algún jabalí a lo lejos, corzos cruzando delante de él y algún que otro zorro curioso preguntándose que hacía este humano por sus dominios.
La luna en creciente ayudó bastante con su tenue resplandor a caminar sin tener que usar el frontal de la linterna, a excepción de los túneles.
Yo me reuní con él la mañana del día 2 en Peñahorada. Le acompañé hasta la sede del ELACyL, en la calle Claustrillas de Burgos, en bicicleta, haciendo las típicas labores de intendencia.
Pasamos por Villaverde Peñahorada, Sotopalacios, Quintanilla de Vivar, Sotragero y Villarmero donde acaba la Vía Verde, justo un poco antes de entrar en el polígono de Villalonquejar.
En ningún momento Santos Llamosas, bajó el ritmo de casi 6km a la hora. Al llegar a la sede de ELACyL, en la calle Claustrillas fuimos recibidos por Carlos Olivares y un grupo de simpatizantes por la causa.
Después de las protocolarias fotos de rigor y entregar el donativo que nos entregaron los vecinos de Escaño nos despedimos de las buenas y solidarias gentes de esta asociación que tanto hace por los enfermos y familiares de esta durísima enfermedad que es el ELA. Este ha sido el reto más duro al que se ha enfrentado nunca. El fin creemos que lo merece.
El reto siguiente aún no está escrito en la agenda de Santos Llamosas pero seguro que nos volveremos a encontrar por algún camino perdido de nuestra bella geografía.