Diputación y Archidiócesis de Burgos renovarán el convenio de conservación de templos con 2,6 millones para 2026 y 2027
Firma del "Convenio de las goteras"
La Diputación de Burgos y la Archidiócesis formalizaron hoy la renovación del convenio destinado a la conservación y reparación del patrimonio religioso de la provincia para los años 2026 y 2027. El acuerdo, dotado con 2,6 millones de euros, establece como criterios de prioridad la urgencia de las obras, el interés histórico del edificio, el impacto social y la cofinanciación local. Desde su puesta en marcha en 1993, el programa acumula ya 23,8 millones de euros, cifra que alcanzará los 26 millones tras ejecutarse esta nueva convocatoria.
El presidente de la Diputación, Borja Suárez, explicó que el modelo será “flexible” para atender intervenciones que no puedan esperar al calendario ordinario. Subrayó además la importancia del valor histórico, la capacidad de los templos para dinamizar la vida cultural del entorno y la realización de proyectos por fases completas. Recordó que, desde la creación del convenio, 729 entidades locales han recibido 1.448 ayudas para actuaciones en templos parroquiales.
Suárez defendió que el patrimonio sacro de la provincia “es un elemento vertebrador del medio rural”, y que invertir en su conservación supone también “proteger a quienes viven cerca de estos edificios”.
La Diputación destacó ejemplos recientes de financiación: 92.000 euros para Pino de Bureba, Castrillo de Murcia y Bárcenas; 89.789 euros para Vallejera; 63.298 euros para Fuentebureba; 42.284 euros para Fuente Úrbel; 38.222 euros para Villavieja de Muñó y 20.631 euros para Olmos de Picaza. Suárez adelantó además que se estudian convenios similares con los obispados de Álava y Cantabria para intervenir en zonas fronterizas como Treviño.
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, agradeció el respaldo institucional ante la reducción de aportaciones locales. Explicó que la Archidiócesis agrupa 1.004 parroquias y cerca de 700 templos adicionales, lo que convierte a Burgos en “uno de los territorios con mayor patrimonio religioso del mundo”. Recalcó que muchas parroquias carecen de recursos para mantener sus templos y que cualquier restauración exige profesionales especializados.
Iceta señaló que el convenio, conocido en sus inicios como el “de las goteras”, permite hoy intervenir también en retablos, tallas e imágenes, y apostó por un modelo de conservación integral que sume restauración, investigación y turismo. Defendió que Burgos debería consolidarse como un “museo abierto” y animó a impulsar el mecenazgo con incentivos fiscales, convencido de que ello estimularía la participación de empresas y particulares en la protección del patrimonio.
