Concluye la IV campaña de excavaciones en el yacimiento de dinosaurios de Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal en Torrelara

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Se siguen completando los esqueletos de dos grandes dinosaurios saurópodos y se ha hallado un fémur de 1,5 metros perteneciente a un dinosaurio de 24 metros de longitud y 30 toneladas de peso. Un espinosáurido antiguo y restos de pterosaurios son las novedades importantes de esta campaña

Este año en Torrelara se ha podido disfrutar de un «excelente balance» de esta cuarta campaña de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda en el yacimiento de Valdepalazuelos – Tenadas del Carrascal de restos de dinosarios desarrolladas en julio y los primeros días de Agosto de 2020. Así lo comentaba Fidel Torcida Fernández-Baldor, director de las excavaciones, por el tipo y diversidad de fósiles recuperados en uno de los yacimientos más importantes del tránsito del Jurásico al Cretácico. Esta campaña pertenece a la XVIII campaña de las excavaciones de restos fósiles de dinosaurios y faunas coetáneas en la provincia de Burgos que comenzó en 2002 y ha continuado de forma ininterrumpida.

La campaña se ha adaptado a las circunstancias de la pandemia del COVID-19, buscando las medidas sanitarias adecuadas para evitar contagios y garantizar la seguridad de los participantes. Las visitas al yacimiento se mantuvieron como otros años pero marcadas por las normas de seguridad y con horarios específicos, así como la reducción del tamaño de los grupos. Los días y el equipo de excavación se redujeron respecto a otras campañas y estuvo formado por 25 personas: 11 de ellas formaban un grupo conviviente y con pocas interacciones externas (una “burbuja social”), 7 más trabajaban directamente en el yacimiento y 7 más externas como apoyo logístico. Participaron estudiantes universitarios, licenciados, doctorandos y doctores de: biología, geología, arqueología, veterinaria. Procedencia: Castilla y León, País Vasco, Comunidad Valenciana, Navarra, Castilla-La Mancha y Aragón. Sin embargo este año se descartó la presencia de investigadores de otros países por las circunstancias actuales.

Visión general del yacimiento
Visión general del yacimiento

El trabajo realizado en esta campaña ha sido muy exigente, debido a contar con menos excavadores y menos días de trabajo. Se han removido 132 toneladas de tierra y se emplearon un total de 3000 horas de trabajo voluntario. Los trabajos se centraron en una superficie de 100 m2 de la capa en la que yacían los huesos fosilizados de dinosaurios. Se avanzó tanto en horizontal como en profundidad, ya que el grosor de la capa con fósiles alcanza los 2 metros. Se han recuperado cientos de elementos fósiles, que han quedado documentados en 191 registros, lo que eleva el número total de las cuatro campañas en Torrelara a 647.

La edad del yacimiento de Torrelara se estima en 145 millones de años aproximadamente. Ese tiempo corresponde a un periodo significativo en la evolución de los dinosaurios, en el que hubo cambios importantes en las faunas de dinosaurios de todo el planeta. Es también  relevante el hecho de la escasez de restos de saurópodos en el tránsito Jurásico-Cretácico de la Península Ibérica, que además no suelen ser tan completos como el que se está recuperando en Torrelara.

El año que viene se prevé continuar  con una nueva campaña de excavaciones en Torrelara, ya que hay indicios que indican claramente  la presencia de más elementos fósiles en un amplio sector del yacimiento por prospectar.

Principales hallazgos

Preparación del pubis de saurópodo
Preparación del pubis de saurópodo

Entre los principales hallazgos se ha podido completar el esqueleto de los dos dinosaurios saurópodos localizados en el yacimiento, con la recuperación de un fémur completo y en muy buen estado de conservación, que tiene una longitud aproximada de 1.5 metros. Afirman que su estudio será clave para conocer la identidad exacta del animal al que pertenecía. Un fósil así no suele ser frecuente que se recupere y constituirá uno de los elementos más atractivos para el público cuando se exponga. El tamaño del fémur sirve para estimar el tamaño total del dinosaurio saurópodo al que perteneció, que alcanzaría 24 metros de longitud y aproximadamente 31 toneladas de peso (equivalente al peso de 5 elefantes). Además, se han hallado elementos nuevos del esqueleto de los dos saurópodos como son: un diente completo, un pubis completo (hueso de la cadera), vértebras dorsales y caudales completas (de la espalda y de la cola), costillas de gran tamaño, arcos hemales (huesos de la cola) y, por primera vez, una placa esternal (hueso del pecho del animal).

En conjunto, se dispone de huesos de casi todo el cuerpo de los saurópodos: cráneo, columna vertebral, hombro, cadera, extremidades anteriores y posteriores. Al poder trabajar con esqueletos semicompletos, el potencial científico de los hallazgos de Torrelara es sobresaliente y sería decisivo para comprender los cambios evolutivos que sufrieron las faunas de  dinosaurios en el planeta. Hay que subrayar que los restos de dinosaurios del tránsito del Jurásico al Cretácico (en torno a 145 millones de años atrás) no son abundantes ni tan completos como estos fósiles burgaleses.

Una novedad especialmente interesante es la recuperación de restos óseos (huesos del ala) y dentarios de pterosaurios (reptiles voladores), lo que aumenta la diversidad faunística del yacimiento. Estos restos son, hasta ahora, relativamente escasos en los yacimientos de la Sierra de la Demanda.

Equipo de excavadores de Torrelara
Equipo de excavadores de Torrelara

Otros elementos resaltables que se han recuperado pertenecieron a dinosaurios terópodos (carnívoros): dos huesos craneales atribuidos a un individuo de gran tamaño; varios dientes, entre los que destaca uno identificado como un espinosauroideo, que se constituye en uno de los hallazgos más antiguos que se conocen de este grupo de dinosaurios, y que puede ayudar a conocer mejor la historia evolutiva de ese grupo de dinosaurios.

Otros hallazgos de esta campaña comprenden fósiles de vegetación, placas óseas de tortuga, dientes de cocodrilo, moluscos bivalvos (grupo de almejas y mejillones). Ese conjunto de fósiles ayudará a reconstruir el ecosistema en el que vivieron todos esos animales, que se dibuja ya como una llanura húmeda y con vegetación que se inundaba ocasionalmente y que se encontraba entre una cercana llanura de inundación de un río y, por otro lado, una zona semipantanosa.

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