Los comités de empresa de Fundación Aspanias y Fundación Cisa convocan 7 días de huelga en septiembre

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Los tres comités de empresa han aprobado la llamada a la huelga por la pésima gestión en ASPANIAS, el deterioro de las condiciones laborales, la deficiente organización del trabajo, el impago de una mensualidad, la falta de reconocimiento a la plantilla que trabajó arriesgando su salud y las de sus familias en los centros abiertos durante el confinamiento por la pandemia, la reclamación del cobro de complementos salariales que la empresa no quiere reconocer, el mantenimiento de las vacaciones del anterior convenio y, sobre todo, la defensa de los puestos de trabajo una vez que se han iniciado los despidos en las entidades y que cada vez es más patente quela viabilidad de las empresas requiere un cambio total en la gestión.

Llaman a los trabajadores y trabajadoras, tanto aquellos con algún tipo de discapacidad como a los profesionales de apoyo, a ir a la huelga para salvar el futuro de las entidades.

Las convocatorias han contado con el respaldo unánime de los delegados y delegadas de los sindicatos UGT y USO, con una amplísima mayoría sindical. Representantes de ambos sindicatos anuncian su unidad frente a las políticas laborales de la empresa y la deriva y crisis económica consecuencia de una cadena de decisiones profundamente erróneas.

Para materializar la convocatoria de las 7 jornadas de huelga se procederá a solicitar mediación al SERLA con preaviso de huelga en los próximos días de forma urgente. Las fechas establecidas son el 9,10,16,17,23,24 y 30 de Septiembre, dejando abierto más días en octubre. Asimismo, se realizarán piquetes informativos a la entrada de todos los centros de trabajo y concentraciones los miércoles de huelga en la Glorieta Bilbao, rodeando la Junta de Castilla y León de forma simbólica para exigir su implicación.

Preocupan especialmente los despidos ya producidos en Asociación Aspanias y Fundación Aspanias y también los que se puedan producir en todas las entidades en un futuro próximo. El autodenominado comité de dirección nombrado por José María Ibáñez parece decidido a hacer pagar a la plantilla las deudas de su opaca gestión, algo a lo que se oponen frontalmente desde los comités de empresa, los sindicatos y la plantilla. Igualmente llaman la atención sobre la contradicción flagrante entre acometer despidos de trabajadores con años de antigüedad (a los que no se garantiza el cobro en plazo de su indemnización) y el fichaje de altos cargos externos y las importantes subidas de salario que puedan producirse por los últimos nombramientos.

Igualmente han aprobado enviar una solicitud formal de intervención de ambas fundaciones al Protectorado de Fundaciones de Castilla y León y al Protectorado Único de Fundaciones de Ámbito estatal (dependiente del gobierno central y que tiene competencias debido al ámbito geográfico de actuación de la Fundación Cisa), como consecuencia de la situación crítica de las entidades derivada de la negligencia y falta de control de los actuales y anteriores gestores. Según valoran los delegados sindicales, sólo la intervención decidida y urgente de dichas administraciones públicas puede garantizar el futuro y la viabilidad de la Fundación CISA y la Fundación Aspanias.

Reiteran que tanto los partidos políticos como los responsables de las administraciones estatales y regionales con implantación en Burgos tienen cumplida información y por ello Exigen también que los representantes de los partidos políticos no se queden al margen ni emitan declaraciones genéricas de apoyo sino que se impliquen de forma clara y consecuente sin medias tintas, antes de que alguna de las entidades quiebre o quede reducida a una sombra de lo que fueron.

Si las 250 personas con discapacidad de la Fundación CISA pierden su empleo, si a los cientos de personas con discapacidad atendidas en la Fundación Aspanias se les sigue empeorando la calidad de los servicios que reciben, supondrá una catástrofe social de la que todas las administraciones públicas serán responsables, al igual que los responsables de los principales partidos políticos, que conocen sobrada y personalmente la crítica situación que se vive en las entidades.

Los delegados sindicales lamentan tener que llamar a la huelga y afectar a la calidad de los servicios que se prestan para conseguir que las administracionesregional y central intervengan, pero, después de más de una decena de reuniones formales con altos cargos, consideran que es la única herramienta que queda por utilizar para ser tenidos en cuenta y conseguir que las administraciones actúen de una vez por todas. Los delegados sindicales aseguran que nadie podrá decir que no tenían información si finalmente ASPANIAS acaba desmoronándose.

Los comités de empresa animan a la totalidad de la plantilla a secundar la huelga y las movilizaciones. Explican que si bien esta lucha tendrá un coste económico para los trabajadores, es un deber moral y social parar la deriva de la entidad evitando su ruina, además de exigir las mejoras laborales pendientes de aplicarse, el pago de la nómina que se les adeuda y defender los puestos de trabajo frente a la política de despidos, que no puede continuar ni quedar impune. La plantilla y las familias tienen que salvar ASPANIAS de sus gestores y órganos de gobierno, que se niegan a cambiar de rumbo, asumir responsabilidades o auditar su gestión.

Anuncian además que buscarán el apoyo de las familias de las personas con discapacidad y de los sectores más dinámicos de la sociedad burgalesa, y que darán cumplida información y frecuentes comunicaciones públicas.

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