El Centro Penitenciario de Burgos pone en marcha ‘Fénix’, un proyecto para transformarse en prisión tratamental y restaurativa

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Centro penitenciario

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Parte de una iniciativa de los funcionarios y funcionarias de Vigilancia en estrecha colaboración con el equipo técnico

Propone itinerarios físicos y de tratamiento desde el enfoque de la Justicia Restaurativa

El Centro Penitenciario de Burgos ha puesto en marcha un proyecto que pretende convertir la prisión en un centro tratamental y restaurativo.  Se trata del proyecto Fénix, así bautizado por los funcionarios y funcionarias de Vigilancia Interior de los que partió la iniciativa, que implica a toda la plantilla en la reinserción de los internos.

Partiendo de la voluntariedad y el compromiso del penado, y dada la particularidad arquitectónica del centro en torno a un gran patio central – Burgos es uno de los centros más antiguos de España-, se han diseñado unos itinerarios físicos y tratamentales por los que deben transitar los condenados.

Los primeros agentes de Tratamiento son los funcionarios de Vigilancia, puesto que son quienes mayor contacto tienen con los privados de libertad. Su herramienta de trabajo es lo que ellos mismos llaman la “escucha activa”, que les sirve para conocer de primera mano las inquietudes, necesidades y problemáticas de los internos.

En función de esas circunstancias, y en estrecha colaboración con el equipo técnico (psicólogos, terapeutas, trabajadores sociales…), se diseñan los lugares por los que deben pasar en ese proceso de reinserción. Lugares que son físicos: desde el módulo de Observación, en una primera fase, hasta la Unidad Terapéutica (UTE), el módulo de destinos (para internos con trabajo) etc…. Y lugares que también son de conducta y emocionales.

El enfoque restaurativo

Los itinerarios, que se pretende vayan siempre en sentido positivo aunque pueden tener un recorrido a la inversa según la evolución de los participantes, tienen además como novedad un enfoque restaurativo que es transversal a todos los programas específicos de tratamiento.

Entre otros, el Centro Penitenciario de Burgos ha implementado el Programa de Intervención en Conductas Violentas (PICOVI), para ayudar a los presos condenados por delitos graves o que se comportan de modo agresivo en la cárcel; el PCAS, para agresores sexuales; el Programa de Atención Integral a la Enfermedad Mental (PAIEM) o la Terapia Asistida con Anímales (TACA).

Desde el comienzo del itinerario el interno recibo información y asesoramiento para lograr que, dentro de cada uno de esos programas, el participante realice un proceso de reflexión, responsabilización y reparación del daño causado, a pesar de que no siempre es posible que ese proceso culmine con la víctima directa del delito. Ese módulo transversal de Justicia Restaurativa viene avalado por la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa.

Además de la intervención sobre los internos a través de charlas motivadoras y seminarios, el enfoque restaurativo pasa por la formación de la plantilla y, sobre todo, la implicación de la sociedad.  Para ello se van a organizar visitas al Centro Penitenciario con el propósito de activar una red social de participación en el proceso de rehabilitación de las personas privadas de libertad.

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