Fomento y Medio Ambiente aconseja acometer en esta época la eliminación de bolsones de procesionaria en zonas urbanas, parques y jardines para evitar problemas de urticaria a las personas más sensibles

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Procesionaria del pino

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En estas zonas resulta especialmente interesante emplear técnicas que no conlleven el empleo de productos químicos que puedan repercutir en la población y en el medio ambiente.

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente aconseja a propietarios y gestores de las masas iniciar en esta época del año la eliminación de los bolsones que fabrican las orugas para defenderse del frío, evitando que provoquen defoliaciones importantes en el árbol. Estos tratamientos, que no conllevan el uso de productos químicos, son una de las herramientas más eficaces para la lucha contra la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) y son especialmente interesantes en las zonas urbanas y periurbanas, jardines y áreas recreativas. La información está disponible en la web de la Junta de Castilla y León.

El problema de la urticaria y de las reacciones alérgicas asociadas que sufren algunas personas se acrecienta en los jardines y parques, lugares de mayor tránsito de personas y animales de compañía, donde la realización de tratamientos fitosanitarios además suele ser más difícil, costoso y comprometido. Este carácter urticante de los pelos de las orugas aparece en su tercer estadio de desarrollo. Con el fin de dar una respuesta a los particulares y ayuntamientos se recomiendan para estas zonas varios métodos de control eficaz de la procesionaria.

Entre las técnicas más conocidas y económicas destaca la eliminación de los bolsones que fabrican las orugas para defenderse del frío, método que puede emplearse una vez formado el bolsón (mediados/finales de otoño o principio del invierno, dependiendo de las zonas), evitando que las orugas provoquen defoliaciones importantes en el árbol. Bastaría con cortar el trozo de rama que soporta el bolsón y eliminarlo. Para ello se debe utilizar unas tijeras de poda y pértigas telescópicas para llegar a las zonas inaccesibles, siempre con las medidas de protección adecuadas (gafas, y cubrir cara y zonas de la piel para que no sea visible).

No obstante, en aquellos lugares en los que no se pueden eliminar bolsones por resultar inaccesibles, afectar a la guía terminal, etc., se pueden emplear métodos complementarios como la colocación de algún modelo de trampa (de tipo collarín normalmente) para capturar las orugas, con la finalidad de impedir que se formen procesiones y se entierren y forme crisálidas, y así posteriormente completen el ciclo. Existen modelos a nivel comercial, si bien también se pueden fabricar de forma casera.

El empleo de trampas de feromonas de adultos no se considera un método de control en sí mismo, y solo podría resultar complementario al desarrollo de alguno de los anteriores en pies o pequeñas agrupaciones muy aisladas de otras masas de pinos.

Otra técnica de uso cada vez más habitual en zonas periurbanas, parques y jardines es la endoterapia. Consiste en la inyección por parte de personal especializado de un producto fitosanitario directamente en el tronco del pino, lo que impide que se vea afectado por la procesionaria, protegiéndolo durante uno o dos años. Se trata de un sistema de fácil aplicación, efectivo y relativamente económico que suele hacerse también en otoño.

Esta información está disponible y puede consultarse en la URL: Procesionaria Pino

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