Cáritas Burgos presenta la exposición urbana «Patio de vecindad. De la calle al corazón»

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El objetivo de esta muestra es el de sensibilizar a la ciudadanía acerca de las personas que atraviesan esta situación, para que no sean ignorados ni vean cómo se vulneran sus derechos

Esta exposición está compuesta por 16 fotografías en gran formato (3×4 metros), impresas sobre lona, ubicadas en distintos emplazamientos representativos de la ciudad de Burgos. Las imágenes han sido realizadas por David Palacín (León, 1975), y las personas que aparecen en ellas son participantes del Programa de Personas sin Hogar de Cáritas Diocesana de Burgos. A la exposición le acompaña un catálogo, y también puede verse online en www.caritasburgos.es/patiodevecindad. La muestra está cofinanciada por Cáritas y el Instituto Municial de Cultura y Turismo, y David Palacín ha prestado su colaboración de forma altruista. La iniciativa de la exposición partió de las propias personas sin hogar.

El objetivo es el de sensibilizar a la ciudadanía acerca de las personas que atraviesan esta situación, para que no sean ignorados ni vean cómo se vulneran sus derechos. Desde Cáritas Burgos están convencidos de que eso solo será posible cuando lleguen al corazón. Han afirmado que este cambio en la mirada exige dejar a un lado los prejuicios o miedos y observar sus rostros.

Por las calles de nuestra ciudad este año han pasado unas 2.000 personas sin hogar. El 38% de las personas sin hogar tuvo padres con problemas de drogas o alcohol. El 46% ha sufrido una enfermedad o un accidente graves, y un tercio malos tratos. El 16,3% fue expulsado de su hogar antes de los 18 años. Un 63,3% ha atravesado una separación o divorcio. El 59,2% ha perdido su vivienda por desahucio u otras causas.

El proceso que lleva a verse en la calle es complejo, y se debe a una suma de factores. Todos hemos atravesado por situaciones traumáticas: la pérdida de un ser querido, el desempleo prolongado, una ruptura afectiva, dolencias físicas o mentales severas, periodos de estrecheces económicas… Cuando llegan esos momentos, la mayoría no los afrontamos solos, y además suelen darse espaciados en el tiempo, lo que permite que nos recuperemos. Cuando esos factores, que se denominan de riesgo de exclusión, se acumulan, y además no existe una red que nos apoye (pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo), se incrementan las posibilidades de acabar en una situación de gran vulnerabilidad. En algunos casos también hay condiciones previas: maltrato en la infancia, carencia de habilidades sociales, enfermedades mental o adicciones. Esta suma de elementos provoca que la vuelta a la plena inclusión sea un proceso largo y complejo, que difícilmente se culmina sin ayuda.

Ante esta realidad, Cáritas Burgos pide cambiar la mirada, para que la gente se de cuenta de que las personas sin hogar son como las demás. Afirman que también debemos luchar por los derechos, en comunidad, porque los derechos humanos no son una concesión ni un privilegio, y nos corresponden de acuerdo con nuestra dignidad humana, inviolable e irrenunciable. Las personas sin hogar son más «con» que «sin»: «con fuerza de voluntad, con sentido del humor, con oportunidades, con imaginación, con ganas de vivir, con corazón… Verlas así es avanzar hacia la esperanza».

En esta ocasión, más que unas acciones concretas, Cáritas pide a la ciudadanía que recorra el itinerario que todas las personas sin hogar querrían hacer, caminando desde los estereotipos hasta la mirada que ve con el corazón.

Algunas consecuencias

Sobre la salud: dificultad para recuperarse de las enfermedades, trastornos mentales, falta de higiene por la imposibilidad de seguir unos hábitos, adicciones, falta de acceso a la sanidad. Al año fallecen 150 personas en la calle, y su esperanza de vida es 25 años inferior a la media nacional.

Sobre la autoestima: inestabilidad emocional, estigmatización, falta de intimidad, pérdida de la felicidad, sensación de ser prescindibles, disminución de los recursos para salir adelante.

Sobre los derechos: dificultad para empadronarse, escasa defensa jurídica ante pequeños delitos, falta de reinserción cuando se pasa por la cárcel, falta de acceso a una vivienda aunque sea precaria y temporal.

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