«Acabar con el sinhogarismo es posible, es imprescindible y es urgente»

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Cáritas Diocesana presenta la campaña de Personas sin Hogar, cuyo objetivo es denunciar la vulneración de sus derechos y sensibilizar sobre esta realidad, demasiado invisible y estigmatizada

«Y tú qué dices? Di basta. Nadie sin hogar» es el lema de la campaña de Personas Sin Hogar 2018, que se ha presentado esta mañana en la sede de Cáritas Diocesana. Un lema que, según ha explicado su delegado, Fernando García Cadiñanos, subraya que «acabar con el sinhogarismo no es utopía, es posible, es imprescindible y es urgente». Los objetivos de la campaña son «sensibilizar a la sociedad sobre la realidad del sinhogarismo, demasiado invisible y estigmatizada», y «denunciar la vulneración de los derechos de las persona que viven esta realidad, fundamentalmente el derecho a la vivienda, pero no solo: esta situación de sinhogarismo impide en muchos casos empadronarse, lo que supone una vulneración de su derecho a la salud, a la protección social y el ejercicio de otros muchos derechos ciudadanos, como es el derecho al voto», ha subrayado el García Cadiñanos en su intervención.

El eslogan de este año cumple una doble finalidad. «Por una parte queremos decir “basta”, una expresión que habla de de radicalidad, de rapidez, de hartazgo, se trata de un grito. Desde las organizaciones que trabajamos con el sinhogarismo,  queremos decir basta a la vulneración de los derechos, a la invisibilidad, al sufrimiento, a vivir en la calle, a la inseguridad, a las agresiones, a no poder acceder a una vivienda», ha argumentado el delegado. «Un hogar es mucho más que un techo, un hogar es un espacio físico donde poder descansar, donde poder recuperarse, pero sobre todo es un espacio humano, un espacio donde cuidar las relaciones, un espacio de socialización, de familia». Pero además, el lema recoge una interpelación, «una pregunta incisiva que quiere llegar a cada persona, a su modo de actuar y mirar la realidad, a su incidencia política y a la capacidad que tenemos todas las personas de generar una cultura distinta a nuestro alrededor, y que quiere llegar también a las instituciones públicas y a sus responsables y al conjunto de la sociedad, a toda la ciudadanía, que tiene una responsabilidad en el problema del sinhogarismo».

Las organizaciones que trabajan con personas sin hogar, representadas hoy por Cáritas y la Fundación Lesmes, proponen a las administraciones públicas una serie de medidas para erradicar este fenómeno: ampliar el parque de vivienda de alquiler social, impulsar la vivienda social como equipamiento público y promocionar el uso de viviendas vacías, regular el mercado de alquiler, crear una tipología de vivienda social para personas en situación de sin hogar y estimular la participación de las personas en situación de exclusión residencial en el diseño, seguimiento y evaluación de las estrategias de vivienda basadas en derechos humanos.

Algunos datos sobre el sinhogarismo en Burgos

El responsable del programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Burgos, David Polo, ha aportado algunos datos significativos sobre la realidad del sinhogarismo en Burgos: en lo que llevamos de año, la entidad ha atendido a 1.235 personas, 227 en Aranda de Duero, 467 en Miranda de Ebro y 872 en Burgos, y en total se han realizado 8.501 intervenciones y se ha acompañado a 213 personas en diferentes procesos. Estas cifras constatan un aumento del 8% de participantes en los proyectos y del 17% de personas acompañadas. En cuanto a sus perfiles, 1.089 de las personas atendidas son hombres y 140 mujeres (un 11,3%, dos puntos por encima de la estadística del pasado año) y el 73% son europeos, el 54% de ellos españoles. Por edades, el 76% supera los 35 años.

Por su parte, Pilar Martínez de Benavides, técnico del CEIS (Centro de Integración Social) de la Fundación Lesmes, ha informado de que durante 2018, desde comienzo de año hasta esta este momento, el centro ha trabajado con 75 personas, 24 de ellos hombres y 8 mujeres. Actualmente hay 32 personas en residencia, 5 en pisos de segunda fase de inserción, 10 en la de crónicos y 6 en la unidad de día. La ocupación media del centro es de un 88,4% y la estancia media de 10,76 meses en primera fase. Como en años anteriores, las principales problemáticas encontradas son las adicciones: el 40% de los usuarios está en tratamiento de alcohol (el porcentaje de alcohólicos es del 70%), un 24% está en tratamiento de opiáceos y un 4% en tratamiento de ludopatía. Martínez de Benavides ha destacado la presencia de personas con discapacidad, que suponen el 64% de los usuarios, y el repunte del número de personas empleadas.

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