Cáritas y la Pastoral Penitenciaria atendieron a 326 personas en Burgos durante 2020

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Desde la actividad de Cáritas Diocesana de Burgos y la Pastoral Penitenciaria apoyan y acompañan a reclusos, exreclusos y sus familias

Cáritas Diocesana de Burgos y la Pastoral Penitenciaria de Burgos han informado sobre las actividades que se han llevado a cabo en el último año en el Centro Penitenciario y con las personas privadas de libertad. Fermín González, responsable de Pastoral Penitenciaria y capellán del CP Burgos ha agradecido la participación del equipo de voluntarios, formado por 20 personas, que acompañan y se reparten las actividades y acompañamiento tanto fuera como dentro de la cárcel.

David Alonso Llamas, responsable de Cáritas del proyecto «Volver a empezar», ha hecho un resumen del año 2020, «un año muy duro para toda la sociedad pero sobre todo también para las personas privadas de libertad». Durante más de cinco meses no han podido realizar sus actividades debido a la situación de confinamiento de la pandemia. «La situación de la pandemia ha sido como una doble prisión al no poder participar en actividades para ponerte en contacto con la nueva realidad que vas a vivir», destacaba González.

En total en 2020 se han atendido y acompañado desde el proyecto a 326 personas, de las que cerca de 270 han participado en los talleres. Por actividad el número de personas que han participado en talleres dentro de prisión ha sido de 258, 38 han participado en salidas terapéuticas, 16 son las personas que han disfrutado de permisos penitenciarios en el piso (48 permisos), 30 han tenido acompañamiento tras su salida del Centro Penitenciario y 68 han recibido ayudas económicas (179 ayudas con un importe de 4.510€).

El perfil de los participantes ha sido de un 98% hombres (320) y un 2% de mujeres (6), cuya nacionalidad es de un 74% españoles (241) y un 27% extranjeros (65). La media de edad de los participantes ha sido de 40-50 años, aunque también hay un porcentaje de entre 18 y 25 años y gente mayor de 65 años que llama la atención. El piso de acogida de Cáritas Burgos al que acuden los exreclusos cuando abandonan la cárcel es un gran acercamiento a su nueva situación que les toca afrontar para reintegrarse de nuevo en la sociedad.

Entre los talleres que se han impartido, los de Pastoral Penitenciaria han consistido en logopedia, habilidades sociales, educación en valores humanos, de conocimiento personal, ética, elaboración de mascarillas, encuentros de escucha y acompañamiento. De la misma forma se ha realizado la celebración de la Eucaristía de forma semanal, con una asistencia media de 40 presos. Los talleres de «Volver a empezar» de Cáritas Diocesana han abordado la terapia canina, arte terapia, juegos de mesa, vídeo-forum desde la serie Merlí, un taller sobre vulneración de derechos en prisión y la elaboración de un cuento infantil.

Nuevos proyectos

Esperan cuando finalice el proceso de vacunación a los internos retomar actividades y salidas, como el recorrido por parte del Camino de Santiago durante una semana que realizan en colaboración con lo voluntarios de La Caixa. Cáritas Burgos y la Pastoral Penitenciaria también están trabajando desde ya en nuevos proyectos para este año, como la elaboración de material formativo para acompañar de manera especial a familiares de reclusos, «una acogida que desde las parroquias en muchas ocasiones es necesaria por la visión estigmatizada que tiene la sociedad de la prisión», relataba Alonso.

Centro Penitenciario de Burgos
Centro Penitenciario de Burgos

Otro de los proyectos como novedad se trata de la realización de un programa de radio con los reclusos, «Voces encerradas», que se podrá escuchar en forma de podcast una vez al mes a través de Spotify gracias a UBU Radio. El programa estará conducido por María González y Sara Castro.

Demandas

En cuanto a las demandas que han resaltado, apuestan por las medidas alternativas a prision como fórmula para la reinserción de las personas, especialmente los trabajos en beneficio de la comunidad. También apuestan por más procesos de justicia restaurativa y denuncian la situación de los extranjeros, para los cuales piden que se reconozcan sus derechos.

Asimismo han pedido el cumplimiento de la ley sobre el no ingreso en prisión para condenados a menos de 5 años. Las enfermedades mentales deben de tener un tratamiento diferente, con más recursos de psicología y psiquiatría, y una atención específica al suicidio.

Además han destacado que los tiempos de las comidas y cenas deben de ser espacios de convivencia y socialización y por ello tener la categoría y el ritmo necesarios. Por eso, los internos solicitan pasar de los 7 minutos actuales a 15.

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