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La villa rachela acogía la VII edición de la Feria de la Trufa Negra de Burgos.

El aroma de la trufa negra invadía Covarrubias este fin de semana. Los ejemplares de «Tuber melanosporum» se mostraban en esta feria, junto con derivados como licores y quesos al aroma de trufa o plantas micorrizadas con trufa así como degustación de pinchos y platos trufados.

La Feria de la Trufa de Burgos estrenaba nueva localización para su VII edición. Covarrubias se convertía en el centro gastronómico de la provincia con una celebración que reivindica a la provincia burgalesa como tierra propicia para el cultivo de este hongo. La trufa tiene cada vez más adeptos y se está convirtiendo en un importante recurso económico y gastronómico en Burgos.

Veinticuatro expositores mostraban y ponían a la venta sus productos durante el fin de semana en el Centro de Recepción de Visitantes de la localidad, ofreciendo trufas frescas y en conserva, hasta materiales para su cultivo o plantas micorrizadas con trufa. Además, los organizadores ofrecerían diferentes ponencias sobre el mundo de la trufa, espectáculos de showcooking y maridaje de vino y trufas. A estos eventos se sumaban el concurso de recogida de trufas con perro y la subasta de la mejor trufa de la Feria. Rubén Heras, presidente de la Asociación de Truficultura, destacaba que «la truficultura evoluciona constantemente, por lo que la formación en esta materia se hace imprescindible», y para ello preparaban, no solo las ponencias, sino además stands dedicados al adiestramiento de perros o al riego.

El evento estaba organizado por el Ayuntamiento de Covarrubias y en el mismo colaboran en diferentes aspectos de la organización el Centro de Iniciativas Turísticas, la Asociación Tierra de Lara y la Asociación de Truficultura de Burgos. Los organizadores ven, según declaraba el alcalde de la villa rachela Millán Bermejo, en el evento una posibilidad de ofrecer a los nuevos truficultores una «excusa para volver a los pueblos, para cuidar las plantas», pues entienden que «no sólo se trata de ocio, sino que también puede convertirse en un negocio».

De esta manera, Covarrubias se suma al camino abierto por Soria o Teruel, pioneros en el mundo de la trufa en España. Un manjar gourmet que podía degustarse en los restaurantes y bares de Covarrubias y su zona de influencia a precios asequibles durante el evento, tanto en forma de menú, como en forma de tapas en sus bares.

Con su séptima edición, la Feria de la Trufa Negra de Burgos se consolida como un lugar de encuentro entre los profesionales del sector. Un sector en constante crecimiento en la provincia que «demanda un hueco en el panorama rural y una importante alternativa al manejo tradicional de nuestros campos», según ha reseñado Manuel Rodríguez Nidáguila, presidente de la Asociación Tierra de Lara.

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