8 de cada 10 personas no vuelven a prisión tras cumplir una pena privativa de libertad

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La tasa de reincidencia penitenciaria se sitúa en un 19,98%, según revela un estudio pionero, realizado por la Central Penitenciaria de Observación de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, en el que se ha analizado las 19.909 excarcelaciones que se produjeron durante el año 2009

Fernando Grande-Marlaska en el acto
Fernando Grande-Marlaska en el acto

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha presentado esta viernes en el Centro Penitenciario de Burgos el estudio sobre reincidencia elaborado por la Secretaría General de Instituciones Penitenciaria,  un informe pionero que revela que ocho de cada diez personas que salen en libertad no retornan a prisión para cumplir condena por un nuevo delito, lo que sitúa la tasa de reincidencia penitenciaria en un 19,98%.

“Yo prefiero decirlo de otra manera: el 80,02 por ciento de los internos que cumplen su condena y alcanzan la libertad no vuelven a prisión por haber cometido nuevos hechos delictivos”, ha señalado el ministro.

Para obtener estas cifras, la Central Penitenciaria de Observación, órgano dependiente de la Secretaría General, ha trabajado, no sobre una muestra, sino sobre las 19.909 personas que fueron excarceladas en 2009. Y, a partir de ahí, ha procedido a estudiar cuántas reingresaron en prisión en los siguientes diez años —hasta 2019— para cumplir condena por un delito cometido tras su puesta en libertad.

Grande-Marlaska ha subrayado durante la presentación del estudio que los datos obtenidos “evalúan la eficacia del sistema, le ponen nota al grado de cumplimiento del mandato constitucional asignado a la administración penitenciaria: trabajar por la reinserción social. Y en mi opinión se trata de una nota muy alta”.

Perfil del reincidente

El estudio ha permitido trazar, además, el perfil de la persona que reincide: hombre, de nacionalidad española y con una edad comprendida entre los 31 y los 50 años.

En porcentajes, el 94,97% de los reincidentes eran hombres; el 5,03%, mujeres. Casi nueve de cada diez tenían, por otro lado, la nacionalidad española; exactamente, el 88,61% de las personas que retornaron a prisión. El 11,38% procedía de otro lugar. La tasa de reincidencia entre la población extranjera es, de hecho, sensiblemente inferior a la de la población española: un 7,92% frente a un 24,83%.

En cuanto al segmento de edad, el 64,41% de los que volvieron a delinquir y fueron condenados a prisión tenía entre 31 y 50 años. El siguiente tramo en el que se concentra un mayor número de reincidentes es el comprendido entre los 18 y los 30 años: un 30,29% pertenecía a esa franja. Solo el 5,3% tenía más de 50 años.

Libertad condicional

Por otro lado, ocho de cada diez personas que reincidieron no habían pasado por un período de libertad condicional. Ocurrió así con el 79,68% de los reincidentes, mientras que el 16,1% había optado a la libertad condicional.

La tasa de reincidencia entre las personas que fueron excarceladas en libertad condicional se sitúa en un 12,62%. Ese porcentaje se multiplica por dos
—24,87%— en el caso de quienes cumplieron hasta el final sin pasar por esta modalidad.

Los tiempos de reincidencia

Igual de relevante resulta el espacio temporal en el que se concentran las tasas más altas de reincidencia. Más de la mitad de las personas que vuelven a cometer un delito penado con prisión lo hace en el transcurso de los tres primeros años tras su puesta en libertad. Ocurrió con el 53,01% de los reincidentes.

La tasa de reincidencia más elevada se sitúa, así, entre el primer y el segundo año: un 4,11%. La segunda (3,45%), en el mismo año de la excarcelación, lo que revela un tipo de reincidencia muy rápida.

En un 65,84% de los casos, por otro lado, quienes volvieron a delinquir cometieron un solo delito, mientras que el 34% de las personas retornó a prisión por varios hechos delictivos.

La profesionalización del delito

El último apartado de la investigación se centra en un concepto relevante en el ámbito penitenciario para el abordaje tratamental: la profesionalización o especialización delictiva. La Central Penitenciaria de Observación buscaba averiguar en qué medida quienes reinciden cometen el mismo delito por el que ya estuvieron en prisión o uno diferente.

Se registran dos realidades significativas. Por un lado, el caso de quienes ya habían cumplido penas privativas de libertad por delitos de robo y hurto y volvieron a delinquir. Cuando reincidieron, el 76,29% repitió delito.

Y por otro, el de las personas condenadas previamente por homicidio. La mayoría de aquellas que, tras salir de prisión, reincidieron no volvió a cometer un delito de homicidio: volvió a la misma conducta delictiva el 6,55%.

El ministro del Interior ha señalado que los datos que se extraen de este estudio pionero nos indican “que el camino que hemos trazado es el correcto y hay que seguir avanzando por él”. “Esa es la senda que nos hemos marcado, trabajar para reducir en el futuro, todavía más, esa tasa de un 19,98 por ciento de reincidencia penitenciaria y para aumentar el número de personas que cuando dejan atrás estos muros no vuelven a delinquir”, ha dicho.

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