La sardina ardió «con toda seguridad»
Un año más, se cumplió con el ritual y la sardina ardió envuelta en llamas para poner fin al Carnaval
La noche comenzaba con otra tradición, el recorrido por las calles del centro con la sardina que momentos después ardería pasto de las llamas. El buen tiempo y el anticipo de la hora de la quema animó a muchos, grandes y pequeños, a salir y disfrutar de esta tradición que pone fin al Carnaval.
Viudas, clero, una batucada, luto y como no, la sardina, eran los protagonistas de la noche. El cortejo partía de la Flora y llegaba a la Llana de afuera, a los pies de la Catedral. La gente se disponía tras las vallas de seguridad instaladas y supervisadas por los Bomberos. Muchos disfrutaron de la quema desde las escaleras de acceso a Fernán González, un buen balcón.
En esta ocasión fueron los bomberos los encargados de prender la sardina creada por la Asociación de Artistas Plásticos de Gamonal por encargo de la Asociación Burgos Centro y Cía. La cola es la que se resistía a arder, y fue el propio Cristino Díez quien la desmontó y puso en las brasas que quedaban para que todo adiera. Tras la quema y el consiguiente duelo, para aliviar el sufrimiento de los presentes, se repartieron “quitapenas” con barquillos, que ayudaron a entrar en calor a los presentes.
