300.000 euros en limpieza de pintadas y grafitis

El Ayuntamiento gasta en la limpieza de pintadas y grafitis 300.000 euros al año, a lo que se suman otros 100.000 euros en reposición de mobiliario urbano, como papeleras.

El Ayuntamiento está intensificando la campaña de limpieza de pintadas vandálicas y grafitis. Carlos Niño, concejal de Medio Ambiente, visitaba el barrio de Gamonal para ver in situ, los trabajos que se están realizando para eliminar estas pintadas.

Niño hacía un llamamiento al “civismo”, y pedía respeto, ya que muchas de estas pintadas, han surgido estos días ante la aprobación por el Gobierno de la Ley de Amnistía. Al respeto que pedía el concejal, se suma el desembolso que tiene que realizar el Ayuntamiento, 300.000 euros al año, a lo que se suma que el personal que trabaja en estas tareas no puede estar realizando otras.

En cuanto a la ubicación, si es en mobiliario urbano, el Ayuntamiento elimina las pintadas, pero si se encuentran en lugares privados, en estos casos, actúa de oficio, pero si son grafitis, necesitaría el permiso de los propietarios o comunidad de vecinos. Ante esto, Niño pide colaboración por parte de los propietarios, que lo denuncien para intentar acabar con esta lacra.

Acompañaba a Carlos Niño, Inés Porras, representante de Urbaser, empresa concesionaria de la limpieza en Burgos, recordaba que Urbaser dispone de ocho equipos para la retirada de pintadas, seis trabajan de turno de mañana, uno de tarde y otro de noche. A esto, se añade el material utilizado, 185 kilos de pintura y casi 2.900 litros de disolvente o decapante, además de lo eliminado con hidropresión, un 70% del total. “Hemos actuado en más de 24.000 metros cuadrados de superficie, lo que supone una media de 90 metros cuadrados diarios”.

Se han atendido más de 500 solicitudes, y recordaba que existen teléfonos gratuitos para comunicar estas incidencias, 010 y 947262647. El 45% de las pintadas se producen en el mobiliario urbano. Este año se han roto 230 papeleras y se han producido desperfectos en otras 270.

Inés Porras se refería a un caso especialmente significativo en la calle San Pablo, una pintada que se repite cada vez que la limpian, y en concreto, un día la limpiaron a las 6 de la mañana y a las 8:30h ya estaba de nuevo.