Procesión de El Encuentro

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La climatología adversa ha obligado a suspender la popular procesión del Encuentro. Las cofradías organizadoras han celebrado diferentes actos en sus respectivas sedes parroquiales.

Fotos: Fernando Miguel

Uno de sus fines principales es promover la adoración eucarística. De hecho, los miembros de la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a Cuestas han abarrotado la iglesia de San Cosme y San Damián para participar en la solemne celebración de la Cena del Señor. Y justo antes de reservar la eucaristía en el monumento preparado para la ocasión, llegaba la noticia que, aunque previsible, ninguno quería escuchar. «Este año no puede ser, no habrá Encuentro. Así lo celebraremos con más ilusión al año que viene en la plaza del Rey San Fernando», avisaba el prior, Jaime Prado, desde el micrófono. «Es una decisión difícil pero meditada y acordada con la Real Hermanad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores», la otra cofradía organizadora de esa popular procesión en el Jueves Santo de Burgos.

«Vamos a intentar tener un pequeño acto y que Jesús pueda salir a bendecir el barrio de Vega, que todos puedan disfrutar de Jesús, aunque sea un instante», explicaba Prado a los miembros de su cofradía –una de las más numerosas de la ciudad, con 515 miembros, 35 más que el año pasado–. Y finalmente así ha sido. Bajo un chirimiri que nunca ha cesado, la imagen del escultor Ildefonso Serra ha salido del templo ante el aplauso de las personas que ha resistido la lluvia. El Cristo Chamarilero ha bendecido su barrio para, rápidamente, volver al interior del templo.

En la iglesia de San Gil Abad, se celebraba un «peculiar encuentro». Esta vez, entre la Virgen de los Dolores y el Santísimo Cristo de Burgos que se venera en el mismo templo. Luis Manuel Isasi, el prior de la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores, lamentaba la suspensión de la procesión, que han solventado con un «emotivo acto con oración y devoción y vivencia de la Semana Santa», en el que la Virgen de los Dolores –una talla del siglo XVII– ha recorrido el templo portada por sus costaleros entre aplausos, marchas de varias agrupaciones musicales, saetas y lluvias de pétalos de rosa.

Hasta la iglesia de San Gil se han desplazado miembros de la cofradía del Cristo Chamarilero para cumplir con la tradición del intercambio de flores entre ambas agrupaciones, que habitualmente se realiza a los pies de la catedral.

Además del parón de los años de la pandemia, esta emotiva procesión, una de las más populares de la ciudad, también se suspendió en 2019 a causa de la lluvia.

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