María José Castaño y Sarmila Parajudi Dhakal

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De Nepal al Arlanza, o lo que es lo mismo, del Anapurna, la montaña sagrada, a la Peña Carazo, ese referente de las primeras estribaciones de la Demanda. Y el lazo de unión, María José Castaño.

Han sido muchos los viajes que María José castaño ha realizado y que han macado su pintura, uno de ellos, a Nepal. Y hoy ha mostrado una parte de esas vivencias plasmadas en pintura, “ese pozo que te deja el viaje tras el que me puse a pintar sin perder todo lo que traía en la maleta”, muchos dibujos de formato pequeño que en su Estudio-Pabellón “Los Llanillos” de Cascajares de la Sierra se han convertido en grandes obras.

De las montañas nevadas de Nepal, sus valles, su frondosa vegetación, “montañas y montañas maravillosas” que se han transformado en estas maravillosas obras.

Y para que quede clara esa unión, el mural que María José Castaño ha realizado a la entrada de su estudio, uniendo estos dos grandes hitos, el Anapurna y la Peña Carazo.

Al acto de inauguración ha asistido la embajadora de Nepal en España, Dra. Sarmila Parajudi Dhakal, que recordaba “el profundo impacto” de estas montañas en nuestras vidas, tanto en Nepal como en esta comarca burgalesa, y cómo María José Castaño ha sabido capturar ese impacto en sus obras. También recordaba la importancia de esta unión, que hermana estas dos tierras a través del arte, un vínculo de conexión duradera entre los dos países, más aún, cuando este año se celebra el 56º aniversario de relaciones diplomáticas entre España y Nepal.

Al acto han acudido, además de la embajadora de Nepal, la diputada provincial Inma Sierra, y el cronista oficial de la provincia, René Payo.

Castaño no ha querido dejar pasar la oportunidad de agradecer a todos aquellos que han hecho posible esta exposición, a su familia, sus padres, hermanos, gracias a los que ha podido desarrollar en este espacio estos proyectos, y a José Juan, así como recordar la historia de este estudio-pabellón, “ahora convertido en espacio de arte” que albergó la actividad industrial ya se puede ver en el molino, una gran prensa o un horno de cocer ladrillos refractarios, una forma de mantener el recuerdo y la huella de ese pasado industrial que vivió este espacio.

 

 

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