Un jardín de sabiduría frente a la biblioteca

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«El jardín de la sabiduría» rinde homenaje a los Honoris Causa de la UBU

«Un árbol es algo vivo, bello y protector…». Estas palabras de Óscar Esquivias describen en que hoy ha sido inaugurado como el «Jardín de la Sabiduría», un espacio anejo a la biblioteca centra, que acoge 19 árboles dedicados a los 19 doctores honoris causa de la UBU.

La Rector, acompañado de Juan José Laborda y de Fernando Tejerina, inauguraba este espacio, que  recuerda a los más notables de nuestros claustrales en el 25 aniversario de la creación de la Universidad de Burgos

Con un poético elogio a los árboles, del escritor Óscar Esquivias, comienza el paseo por el Jardín de la Sabiduría dedicado a los 19 doctores honoris causa de la Universidad de Burgos enraizados en la tierra del campus universitario.

 “Te hallas en un jardín dedicado a mujeres y hombres sabios, en un paseo de vítores nutridos por la savia de la cultura y enraizados a esta tierra fecundada de conocimiento. En él, ante tu mirada que ahora lo alumbra, la Universidad de Burgos rinde homenaje vivo a personas que han dedicado su vida a sembrar las nuestras de reflexión y sapiencia. Cuando, tras pasearlo, lo abandones hazlo impregnado por sus enseñanzas. Él te esperará para que un día tu nombre engrandezca sus sombras y se yerga también aquí”, reza la leyenda situada a la entrada que recuerda a las más insignes figuras de la Universidad de Burgos.

Un campo honorífico en el que cada uno de los doctores honoris causa de la UBU tiene su árbol. Alrededor de la encina de Juan José Laborda se agrupan dos acebos alzados para recordar a José Vela Zanetti y Rafael Frühbeck de Burgos, un cedro de Atlas para el que fuera rector de la Universidad de Valladolid Fernando Tejerina García, que propició la creación de la Universidad de Burgos; un cedro del Himalaya para Michele Forina, tres pinos piñoneros para Emiliano Aguirre, Antonio María Rouco Varela y Geoffrey Parker, tres serbales para Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, tres fresnos en honor a Félix Rodríguez de la Fuente, Umberto Eco y José Antolín Toledano, un roble a Luis Rojas Marcos, un tejo para Mario Vargas Llosa, un tejo columnar para Iñaki Gabilondo y tres encinas para Margarita Salas, Adolfo García Sastre y Juan José Laborda, que mañana se incorporará al Claustro de la Universidad de Burgos al convertirse en el décimo noveno honoris de la institución académica burgalesa.

 “Hoy soy feliz” señalaba el que fuera presidente de la Cámara Alta besando la encina plantada en su honor. El jardín nos marca el camino. «La encina -aclaró el escritor, profesor y periodista- es el árbol más español”. Laborda subrayó «Óscar dice que el árbol está en el jardín de Epicuro y es verdad, pero, al mismo tiempo, está en los elementos primigenios de nuestra civilización: el árbol del bien y del mal. El árbol es, por una parte, madera, por otra parte, tiempo, aspiración a la eternidad..». El árbol apuntó tiene que ver con el papel y el papel con libro y el libro cierra el círculo, el bucle de la cultura. El libro nos hace inmortales”.

El rector Manuel Pérez Mateos agradeció a Esquivias sus poéticas e inspiradas palabras que nos hacen reflexionar y dijo que en 25 años hemos tenido la fortuna de enriquecer nuestro claustro de profesores con personas que han tenido aportaciones notables a la sociedad y al conocimiento. Todos ellos tienen su vítor en el Patio de Romeros y, con la inauguración de esta plantación, se ha querido rendir un homenaje permanente, enraizado en la tierra, con la savia simbólica del conocimiento. El rector espera que el Jardín de la Sabiduría -situado al lado de la Biblioteca- sea un espacio de disfrute y que los estudiantes sean consciente del legado que nos dejan estos generadores y transmisores del conocimiento y la sapiencia que no sirve de nada sino está unida al amor de los seres vivos y de la humanidad.

Por otro lado, Óscar Esquivias  se mostró también muy feliz y recordó las palabras de Cicerón: “sí tienes un jardín junto a tu biblioteca nada te falta”. Este escritor, hijo de la Universidad de Burgos, considera el jardín un magnífico homenaje a nuestros doctores y nuestra doctora honoris causa. “Espero –añadió- que lo de doctora lo podamos decirlo en plural pronto”.

«Un árbol –relató- es algo vivo, bello y protector…».

El que fuera rector de la Universidad de Valladolid, Fernando Tejerina, por su parte, dijo sentirse muy honrado al asistir a la inauguración del jardín y felicitó a la Universidad de Burgos por esta iniciativa “tan singular”. «Siempre se vinculará este jardín al 25 aniversario de la Universidad de Burgos». Recordó la riqueza del simbolismo del árbol. «En este caso, recuerda a parte del Edén y figura en el escudo de muchas universidades que nacen en el siglo XIII, pero también refleja un vínculo de relación entre los doctores con la Universidad,  una especie de matrimonio del doctorando, una reafirmación del compromiso, que fortalece y da frutos».

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