El Judas en Villadiego

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A pesar del juicio, la defensa y los testigos, el Judas es condenado a morir ahorcado y quemado ante todo el pueblo

E.R.

El Judas en Villadiego

Como cada Sábado Santo, Villadiego ha vuelto a recrear la tradición de la quema del Judas, recuperada en 2002 gracias a la iniciativa del Ayuntamiento y la colaboración del Grupo de Teatro Espliego. A esta recreación se suman, además, asociaciones, peñas y vecinos de la localidad.

Han sido cientos de personas las que se han querido acercar a Villadiego a disfrutar de esta tradición a pesar de la amenaza de lluvia. La celebración de la fiesta comienza al mediodía con la Bulla de los Cadenas. Estos desarrapados, acompañados por El Judas, llegan al corazón de la Villa donde alborotan al pueblo con estrepitosos ruidos y gritos, intentando buscar aliados por las calles, para, más tarde, defender al Judas de los Ejércitos reales.

Momento de la batalla

A las 18:30h, el Rey pasa revista a las Tropas en la Plaza Mayor entre abucheos y vítores de los dos bandos. La hueste de los Miñones, con la Chufla de La Llorona, solicitan del Monarca beneficios para el pueblo.

Ante la negativa real a sus reclamaciones los presentes retiran su apoyo al Rey, y comienzan las batallas y escaramuzas. El escenario se traslada este año a las inmediaciones del parque de Los Cañamares, porque la lluvia caída, impedía que las escaramuzas se celebraran en las inmediaciones del río. Los disparos de los cañones y las armas se suman al humo y las tracas, que inundan de olor a pólvora toda la zona y los sonidos de los tambores y la música.

Tras las escaramuzas y tras ser derrotados, el Judas es llevado preso hasta la Plaza Mayor donde se celebra el juicio y son muchos los que piden que se le libere, que como es previsible, y a pesar del abogado defensor y de los testigos, el Judas es condenado a morir ahorcado y quemado en la misma plaza mayor. Antes de la quema del Judas y del espectáculo de fuego, el Rey, para celebrar su victoria, invita al populacho a viandas. La Asociación Musical de Villadiego y la Charanga Tocata de Burgos amenizaban el momento.

Con la quema del Judas se inicia un desfile por las calles del Casco Histórico. En los lugares más estratégicos se colocan péndulos de fuego, bengalas, surtidores y tracas de ruido, los demonios y Cadenas asustan a los espectadores con carretillas de fuego y petardos. El sonido aterrador de tambores marcará un ritmo diabólico. Los gritos y la danza siembran el caos y pánico entre el público.  Los demonios y malos espíritus danzan con el fuego augurando su final. Un mundo gris y caduco se acaba y comienza otro lleno de colorido y de vida.

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